sábado, 5 de enero de 2019

Lautaro, el gran líder mapuche

En esta entrada vamos a realizar una pequeña biografía sobre Lautaro, el gran líder de la resistencia del pueblo mapuche contra la invasión que los castellanos realizaron en su territorio durante la década de los cuarenta y cincuenta del siglo dieciséis, en lo que fue el inicio de la ocupación española del actual Chile.
Lautaro nació en el año mil quinientos treinta y cuatro en las proximidades de Tirúa, en la cordillera de Nahuelbuta; falleciendo en Peteroa, actual Sagrada Familia, en el año mil quinientos cincuenta y siete. Lautaro era hijo del Lonco (también conocido como Lonko o Cacique, esto es, jefe de una comunidad mapuche) llamado Curiñancu. 



Su infancia se vio bruscamente interrumpida cuando fue capturado por los castellanos en el año mil quinientos cuarenta y cinco en las inmediaciones de Concepción, cuando contaba con once años de edad, y convertido a servidumbre durante los seis años siguientes. Al costarle a los castellanos pronunciar su nombre original (Leftraru) lo llamaban Felipe Lautaro.
Durante los años que Lautaro estuvo con los españoles como yanacona o indio de servicio en la caballeriza de Pedro Valdivia, del que llegó a ser su paje personal, tuvo que realizar una serie de tareas rutinarias entre las que estaba el cuidado de los caballos de Valdivia y además debía acompañarlo siempre a batallas y ejercicios militares. Fue así como Lautaro comenzó a no temer al caballo (animal totalmente desconocido para los mapuches) aprendiendo a montar hasta convertirse en un buen jinete. Además, durante este período uno de los principales capitanes de Valdivia, Marcos Veas, le enseñó el uso de algunas armas y tácticas de caballería. Toda esta experiencia  le dotó de un gran conocimiento de la cultura española y de sus tácticas militares, cuestión que utilizaría posteriormente a la hora de rebelarse contra ellos.
Porque Lautaro nunca olvidó las atrocidades que Valdivia y sus hombres habían cometido contra el pueblo que dirigía su padre cuando él fue capturado por los españoles. Según algunos historiadores, Valdivia hizo cortar los dedos de los pies a todos los guerreros mapuches que opusieron resistencia, entre ellos el padre de Lautaro. Durante los años que Lautaro estuvo al servicio de Valdivia, ocultó su odio personal hacia él y hacia los castellanos en general, esperando su momento para poder escapar y rebelarse.
Además, en el año mil quinientos cincuenta Lautaro participó junto a Valdivia en la batalla de Andalién, el veintidós de febrero y en la batalla de Penco, el doce de marzo. En ambas, Valdivia volvió a repetir las mutilaciones sobre los mapuches que intentaron resistir la conquista, en parte como castigo, y en parte como advertencia para próximos pueblos que quisieran resistirse a la conquista de Valdivia y sus hombres. Estos hechos desencadenaron la idea en Lautaro de que debía escapar de los castellanos lo antes posible y liderar a su pueblo en la lucha, aprovechado todo los que había aprendido de sus captores.
Lautaro consiguió fugarse a caballo en algún momento del año mil quinientos cincuenta y dos  y se presentó ante el grupo de mapuches liderados por el Lonco Colo Colo. Al principio los mapuches desconfiaron de él, pero pronto Lautaro demostró sus innatas dotes de liderazgo. Además, enseñó a su pueblo a no temer al caballo y a saber montarlo, con lo cual se crearon las primeras caballerías mapuches. Lautaro les enseñó también el uso de las armas castellanas y de sus tácticas de combate en campo abierto, con lo cual los mapuches estuvieron desde ese momento mucho más preparados para luchar contra las tropas castellanas. Valdivia, sin embargo, no tuvo en cuenta todo lo que había podido aprender Lautaro en los años que estuvo como paje suyo y el peligro que eso podía causarle a él o a sus tropas y no persiguió la fuga del muchacho.
Tras más de un año instruyendo a diferentes pueblos mapuches sobre las tácticas de guerra de los castellanos, el veinticinco de diciembre del año mil quinientos cincuenta y tres Lautaro aparece ya como el principal líder mapuche en la Batalla de Tucapel, primer levantamiento indígena de importancia desde la llegada de los invasores liderados por Valdivia trece años antes.
En dicha batalla, Lautaro y sus tropas vencen claramente a los castellanos. La elección de la localización de combate y el empleo de olas sucesivas de ataques como estrategia militar por parte de Lautaro fueron cruciales para asegurar la victoria. Sólo Valdivia y el clérigo Bartolomé del Pozo consiguieron escapar del ataque mapuche, pero sus caballos se empantanaron en una ciénaga lo que provocó que los mapuches consiguieran al final capturar y dar muerte a Valdivia.
Tras la derrota en Tucapel, los castellanos, a las órdenes ahora de Francisco de Villagra, organizaron un ejército de unos ochocientos soldados e indios yanaconas en Concepción dotado de cañones e infantería, el cual partió el veinte de febrero del año mil quinientos cincuenta y cuatro. Tres días después, el veintitrés de febrero, las tropas mapuches y castellanas se enfrentaron en la batalla de Marigüeñu. Los mapuches volvieron a derrotar a los castellanos. Además, los mapuches habían cortado la retirada a los castellanos, dejando solo una senda que conducía a un precipicio. Villagra logró perforar una salida en la emboscada y por ahí escaparon sesenta y seis soldados y algunos cientos de yanaconas.

Como consecuencia de una de las derrotas más importantes para los españoles durante la Guerra de Arauco, los colonizadores, completamente desmoralizados, piensan en desistir la conquista de Chile y ni siquiera intentarán defender Concepción, la cual es evacuada y luego incendiada por Lautaro. Fue el punto más álgido de la rebelión mapuche durante estos años, ya que en los dos años siguientes las enfermedades infecciosas, en este caso concreto una peste de tifus, que eran habituales para los europeos pero que los americanos no conocían y cuyos cuerpos no estaban preparados para combatirlas; unidos a la falta de alimentos, produjeron que se diezmara considerablemente la población mapuche, lo que provocó que los combates se redujeran en cantidad e intensidad.
A pesar del tifus y de la hambruna, Lautaro pudo reclutar a más de dos mil guerreros, entre ellos muchos Picunches, mucho más pacíficos que los Mapuches y reanudar los combates en el año mil quinientos cincuenta y seis cruzando por primera vez el río Biobío con el objetivo de llegar hasta Santiago, ciudad fundada por Valdivia en el año mil quinientos cuarenta y uno y que ejercía de capital del territorio para los castellanos. Pero sólo pudieron avanzar hasta el río Maule, en la región central de Chile, tras la batalla de Peteroa en junio o julio de ese año. Tras esta batalla, Lautaro tuvo que replegarse debido al número de bajas que tuvo en esa batalla.
Al año siguiente, las campañas continuaron y Lautaro consiguió establecer un fuerte en la zona del Valle Central desde el cual intentó controlar la zona y sus recursos y así expulsar a los españoles definitivamente de esa región. Sin embargo, el trato vejatorio de Lautaro y sus hombres hacia otro grupo de indios que habitaban la zona, los Promaucaes, les valió la enemistad de varios Caciques que lo delataron. En un ataque sorpresa, los castellanos invadieron el campamento mapuche, capturando y decapitando a Lautaro. Su cabeza fue exhibida en la Plaza de Armas de Santiago a los pocos días del suceso.
La lucha de Lautaro como defensor de su pueblo lo catapultó como un personaje legendario en la historia mapuche y chilena. De un enorme talento militar y gran capacidad de liderazgo, fue uno de los principales contrincantes a los que los castellanos tuvieron que enfrentarse en América durante el siglo dieciséis.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario